martes, 13 de septiembre de 2011

Estupidez gratis.

El género humano es capaz de los mayores logros en todos los ámbitos que se nos ocurran. Eso incluye las acciones y las corrientes de pensamiento más estúpidos imaginables. Por ejemplo las riñas entre pueblos promovidas por razones tan sólidas como la envidia, los celos, las comparaciones sin criterio, etc.

Hace tiempo que vengo observando muchas de estas cosas de manera cotidiana y créanme si les digo que la estupidez es una de esas cualidades negativas que no conocen límites.

Tengo el dudoso honor de trabajar con alguien que de la noche a la mañana pasa de tener una relación cordial a no hablarme y cuando se digna a ello, es para ladrar despreciativamente. Esta persona que alardea de amistades consolidadas y saluda en todos lados, a diario a cientos de personas, parece sostener estas relaciones con un hilo muy fino y fácil de quebrar. Tan fácil que solo ha necesitado una estupidez para cambiar su tono conmigo. ¿Que cuál es el motivo? Ni mas ni menos que no haberla llamado yo para comunicarle el óbito de la abuela de una amiga común. Por cierto, esta amiga no la llamó tampoco. La lógica me dice que con quien debería enfadarse es con ella, pero es mas fácil enfadarse y despreciar a quien porta la noticia que al origen de la misma.

En fin, miras estrechas, egos inflados, incultura e ignorancia confluyen en un individuo que difícilmente reconocerá sus defectos e improbablemente aprenderá de ellos.

Da lástima, francamente.