miércoles, 2 de enero de 2008

Realidades.

Cuanto más obsesionada está la sociedad con la gordura y la obesidad más parece que nos parecemos a los estadounidenses. Hemos llegado a que casi el 50% de la población de éste país es obesa. ¿Qué nos conduce a ello?, ¿puede que los hábitos importados de E.E.U.U. programen en nuestro subconsciente otros perniciosos y nos conduzcan lentamente a una situación de salud parecida a la de aquel país?
La cruda realidad es que estamos perdiendo valores propios que paulatinamente se sustituyen por otros ajenos a nuestra cultura, pero ¿por que ir tan lejos, cuando aquí en Canarias hemos perdido nuestra identidad?, ¿les parece que no?, entonces son ustedes ciegos patológicos por que el ejemplo más común a todos lo tienen en sus hijos, ¡si, si, si, sus hijos!. Ustedes coincidirán conmigo si les digo lo siguiente:

- La base de éste cambio parte desde temprana edad y es responsabilidad de los colegios y por ende de sus maestros y reguladores.
Ya no tomamos "jugo" no, ahora tomamos "zumo", (castellanización).
Ya no "van ustedes", ahora "vais vosotros", otro godismo.

- ¿Se dan cuenta ustedes de que estamos perdiendo a pasos agigantados nuestra identidad propia sustituyéndola por la del continente, que por cierto, no es el nuestro?, ¿se dan cuenta además de que no ofrecemos resistencia y que como en otras ocasiones pasadas, estamos siendo sometidos lenta y paulatinamente sin que la mayor parte de ésta inconsciente sociedad se dé cuenta?.

- Es patético que perdamos nuestras costumbres que son propias y únicas y peor es que permitamos ésta invasión lingüística y costumbrista con esta pasividad y despreocupación.

- Coincidirán conmigo en que estamos asistiendo a un cambio que no nos conviene por que nos despersonaliza y nos somete a nuevas normas y reglas que son ajenas a nosotros. Por ello debemos mantener intacto nuestro lenguaje, nuestras costumbres y nuestras tradiciones que nada tienen que ver con pasear un pendón que nos recuerda que hemos sido conquistados por las calles de las beatas ciudades de La Laguna o La Orotava y evitar que nuestros hijos pierdan las particularidades que históricamente nos igualan a latinoamérica y nos diferencian de la península con la que tenemos infinitamente menos similitudes.

- Estas son realidades palpables diariamente y de innegable relieve. Si usted no lo ve, tiene un problema y si realmente lo ve, espero que actúe en consecuencia y transmita a su progenie la importancia de la propia identidad.